EUROPA
PRESS
27
septiembre 2016
El aumento de la grasa del estómago --en especial la "grasa
oculta" en el abdomen-- se asocia con nuevos factores de riesgo recién
identificados y empeoramiento de la enfermedad cardiovascular, según un estudio
publicado en 'Journal of the
American College of Cardiology'.
Estos
cambios adversos en el riesgo cardiovascular fueron evidentes en un periodo
relativamente corto de tiempo y persistieron incluso después de contabilizar
los cambios en el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la
cintura, dos métodos comúnmente empleados para estimar si alguien tiene un peso
saludable o no.
Estudios
previos han demostrado que las personas que llevan exceso de grasa abdominal
alrededor de su sección media -también llamada llanta de repuesto o 'michelín'-
se enfrentan a un mayor riesgo de enfermedades del corazón en comparación con
las personas que tienen grasa en otras partes. Este estudio se suma a la
creciente evidencia de que los depósitos de grasa regionales son perjudiciales
y sugiere además que la densidad de la grasa del estómago (medida por
tomografía computarizada -TC--) es tan importante como la cantidad de grasa que
se tiene.
"Lo
realmente interesante es que mostramos que un aumento en la cantidad de grasa
del estómago y una menor densidad de la grasa se asocia con peores factores de
riesgo para la enfermedad cardiaca, incluso después de considerar la cantidad
de peso que se gana", dice Caroline Fox, exinvestigadora
senior del Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre de Estados
Unidos e investigadora principal del estudio. "Esto no se ha mostrado
antes", añade.
Fox
señala que los resultados de la densidad de grasa fueron particularmente fuertes.
"Medir la densidad de la grasa es una medida nueva en la que todavía
estamos trabajando para comprender y justifica una mayor investigación
-apunta--. Lo usamos como una medida indirecta de la calidad de la grasa y
encontramos que los números más bajos estaban vinculados a un mayor riesgo de
enfermedades del corazón".
Fox y
su equipo trataron de determinar si existía una relación entre los cambios
anatómicos en la grasa del vientre, tanto su volumen (cantidad) como su
densidad, y los cambios en una amplia gama de factores de riesgo de
enfermedades cardiovasculares durante el periodo promedio de seis años de
estudio.
Peligro cardiaco por más cantidad y menor
densidad de grasa
Los
científicos revisaron tomografías computarizadas para evaluar cuánta grasa
abdominal habían acumulado, su ubicación y la densidad de 1.106 participantes
del 'Framingham Heart Study'
que se sometieron a esta prueba de imagen como parte de un estudio más amplio
para medir la calcificación de la aorta abdominal y coronaria.
La edad
promedio de los participantes fue de 45 años y el 44 por ciento eran mujeres.
Se midieron la grasa adiposa subcutánea, la grasa debajo de la piel, que a
menudo se ve como "gordura" o también llamada 'manijas del amor', y
la grasa visceral adiposa, la grasa dentro de la cavidad abdominal. Durante el
periodo de seguimiento de seis años, los participantes tuvieron un aumento en
promedio del 22 por ciento en la grasa debajo de la piel y un aumento del 45
por ciento en la grasa dentro de la cavidad abdominal.
En
general, el aumento de la cantidad de grasa y la disminución de la densidad de
la grasa se correlacionaron con cambios adversos en el riesgo de enfermedades
del corazón. Cada aumento de grasa desde el inicio hasta el seguimiento se
asoció con un nuevo inicio de presión arterial alta, triglicéridos altos y
síndrome metabólico.
A pesar
de los aumentos en ambos tipos de grasa se vincularon a nuevos y el
empeoramiento de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, la
relación fue aún más pronunciada para la grasa dentro de la cavidad abdominal
en comparación con la grasa debajo de la piel.
En
particular, los individuos con un mayor aumento de la grasa en el interior de
la cavidad abdominal mostraron incrementos sustanciales en los factores de riesgo
metabólicos, incluyendo azúcar en la sangre, niveles altos de triglicéridos y
bajos niveles de HDL, o colesterol bueno.
Fox
dice que los niveles más altos de grasa justo debajo de la piel en realidad
pueden ser de protección, ya que sirve como un "sumidero metabólico para
el almacenamiento del exceso de partículas de grasa". La grasa abdominal
de la cavidad, por el contrario, se cree que es más peligrosa.
En
general, las asociaciones siguieron siendo significativas incluso después de
ajustar por cambios en el IMC o la circunferencia de la cintura. Los
investigadores también agruparon a los participantes en tres grupos de acuerdo
con el volumen del tejido adiposo abdominal y el cambio de densidad;
encontrando que aquellos con mayores incrementos en el volumen de grasa y más
disminución en la densidad de grasa tenían relativamente mayor incidencia de
factores de riesgo de enfermedades del corazón.